
Fuente: Flowing Data
A medida que el hombre ha explorado nuevos territorios y utilizado la tecnología para tomar imágenes del terreno ha podido mejorar la precisión de sus sistemas de representación geográfica.
Sin embargo, hay un problema respecto a la representación. Para representar un área elíptica (planeta) en un plano (mapa) debemos enfrentarnos a un dilema. Podemos mantener la escala de los continentes o representar su superficie.
De esta forma, África tiene su forma representada perfectamente en el mapamundi por todos conocido (Mercator), pero no mantiene su escala, que podemos ver claramente en la imagen superior.
Una de las consecuencias de la geometría fractal, una teoría de Benoît Mandelbrot, recientemente fallecido; es la paradoja de la costa: Si queremos medir el litoral de Gran Bretaña, por ejemplo, podemos utilizar imágenes tomadas por satélite, de forma que obtendremos un resultado bastante aproximado. Sin embargo, a medida que utilizamos imágenes con mayor detalle, nos damos cuenta de que los pliegues entre las diferentes rocas, piedrecitas y granitos de arena convierten la longitud del litoral en algo incalculable.

La cartografía no deja de ser un método de representación de la realidad que, a pesar de ser inexacto en sistemas naturales basados en geometría fractal y mostrarse como un desafío inextinguible, ha demostrado sobradamente a lo largo de la Historia su utilidad de cara al posicionamiento de los individuos en su ecosistema, ser el rastro efectivo de los primeros exploradores.
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