Las tres dimensiones está siendo la punta de lanza de la industria cinematográfica, sobre todo, hollywoodiense. Muchos se plantean si va a ser la siguiente evolución del cine después del sonido y del color, o si por lo contrario será una moda pasajera y volveremos al “cine de siempre”. El formato estereoscópico tiene tantos seguidores como detractores; pros y contras. Entonces, ¿Quién dedicirá si se sigue haciendo 3D o 2D? Todo dependerá de cómo el público acepte la evolución.
Hasta ahora los cineastas no se están resistiendo, la mayoría se lanza al reto tridimensional. Sin embargo, la estereoscopia adolece de factores en contra que deben resolverse a corto plazo.
La invención del 3D no es nuevo, proviene de la fotografía de la primera mitad del siglo XIX. En 1899, William Friese-Green hizo los primeros experimentos y llegó a pantentar el sistema que, debido a su complejidad, no tuvo éxito. Incluso Edwin S. Porter, uno de los iniciadores del cine se atrevió con las tres imensiones sin éxito. No fue hasta mediados del siglo XX cuando el 3D se contempló como alternativa de éxito para competir contra la televisión. En el siglo XXI ha renacido el interés por las tres dimensiones gracias a la fulgurante evolución tecnológica de las cámaras, los softwares y la necesidad de frenar el éxodo de espectadores de las salas.
Aunque parezca que el 3D ya está bastante evolucionado, el resultado no es perfecto. La premura por tener una película 3D y cobrar un precio premium a los cinéfilos ávidos de nuevas sensaciones ha provocado que muchas de ellas no estén tratadas con el cariño que precisan para que el público disfrute del visionado. Algunas películas no son rodadas en 3D y la profundidad se incorpora en postproducción. Esto, pese a suponer un gran desembolso y un gran esfuerzo hace que el 3D resultante no sea de la calidad mínima aceptable. Otras películas rodadas en 3D también dan problemas porque las parejas de imágenes no llegan a tener el mismo color o los sujetos tienen pequeñas variaciones de disposición dentro del plano (algo que no supone un grave problema si se cuenta con un software capaz de arreglarlo).
Todo esto provoca problemas de dolor de cabeza, cansancio de vista, visión borrosa... añadiendo que la gente que ya de por sí lleva gafas debe ponerse otras encima, algo del todo incómodo.
3D en casa
A pesar de que la tecnología 3D no ha alcanzado su zénit, la novedad crea interés y numerosos fabricantes de televisores ya ofrecen terminales capaces de ofrecer imágenes en 3D (La oferta actual de la televisión en España, tanto en abierto como de pago, no ofrece contenidos en 3D). Y parece que el 3D tiene cuerda para rato. Las previsiones de venta de 3D TV para 2016 sitúa la cifra en 150 millones. Tal es el “boom” que las cadenas ya trabajan en contenido 3D, la BBC asegura que ofrecerá los Juegos Olímpicos de Londres en tres dimensiones, y el canal chino CCTV ha lanzado su versión estereoscópica.
Las gafas
Parece complicado (no imposible) que a corto plazo la tecnología pueda ofrecer un visionado en 3D sin necesidad de gafas. Existen tres tipos de gafas:
Gafas pasivas de dos colores. Azul y rojo o verde y rojo. Al basarse en la filtración de colores, el principal inconveniente es que se pierde variedad cromática y por tanto, la percepción de los colores es deficiente.
Gafas pasivas de polarización lineal. Consiguen distinguir la profundidad a través de las líneas del televisor. No se percibe bien la tridimensionalidad si el espectador no está centrado respecto a la imagen y la resolución de la imagen se reduce a la mitad.
Gafas activas. Se trasmiten imágenes para cada ojo de manera secuencial y a alta velocidad. Las gafas se sincronizan con el televisor y obtura, tapa, el ojo contrario al de la imagen que está emitiendo el televisor.
Sin rumbo fijo
El 3D tiene tantos admiradores como detractores, gente de la industria, técnicos, público... Este último siempre manda y si demanda 3D, la industria lo ofrecerá. El futuro del 3D no tiene un rumbo prefijado, puede que triunfe solo en cine, puede que solo en televisión puede que en los dos o puede que en ninguna parte. Sin embargo, el cine se ve en la obligación de ofrecer nuevas sensaciones, a veces al precio que sea, para competir con la pantalla del ordenador. Vivimos, en directo, la evolución de una tecnología que a pesar de tener más de un siglo, todavía está en una fase nativa, quizá nuestros hijos vean películas holográficas o en relieve. No hay límites y de esto el cine sabe mucho.
Consulta www.realorfake3d.com para saber qué películas fueron rodadas en 3D y cuáles en 2D y se presentan en 3D
Por @rikisalinas

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